Y también está Venecia. Soltera y sin hijos, tanto la vida de sus amigas como su último fracaso amoroso le hacen ver que el amor, además de caduco, es una mierda. Tras una noche de juerga y borrachera en un karaoke, donde conocen las historias de otras mujeres, tienen varias cosas claras: El amor es para los incautos. Se acabó ser una princesa para empezar a ser una guerrera. Corazón blindado y cabeza fría (y si es en «modo tío»…, mejor). Crearán un club privado llamado… Cabronas sin fronteras. Si quieres reírte y ver cómo las mujeres somos capaces de dar un giro a nuestras vidas, no puedes quedarte sin leer «Bienvenida al club Cabronas sin fronteras».